Tras un verano suave y seco, a principios de septiembre se recogieron los primeros racimos en nuestro viñedo de Tomiño, una finca que por su emplazamiento y su climatología marca el comienzo de la vendimia en la D.O. Rias Baixas.
El ciclo vegetativo de 2019 se ha caracterizado por un invierno más caluroso de lo habitual y con menos precipitaciones, seguido de una primavera fría y seca; una tendencia que se extendió hasta un frío mes de junio, que marcó las temperaturas más bajas de los últimos años. El inicio de verano dio paso a unos meses con temperaturas suaves, sin sobrepasar los 32 ºC y sin precipitaciones.
A finales de agosto y durante el inicio de septiembre, Luisa Freire (enóloga de Santiago Ruiz) y Ramón Lorenzo (jefe de campo) fueron los encargados de supervisar y controlar el estado de madurez de la uva en cada una de las parcelas.
El 6 de septiembre comenzó la vendimia con el Albariño, que, como habitualmente, fue la primera en madurar dado que es una variedad de ciclo más corto. Poco a poco, se fueron sumando el resto: Godello (19 de septiembre), Loureiro (20 de septiembre) y Treixadura (23 de septiembre), para terminar el 28 de septiembre con la recogida del Caiño blanco, la variedad de ciclo más largo y, por lo tanto, la última que madura.
Ramón y su cuadrilla de campo, perfectos conocedores de este viñedo, fueron los responsables de depositar las uvas manualmente en pequeñas cajas para prevenir la rotura del grano.
Tras la vendimia manual, las cajas se trasladan de inmediato a nuestra bodega, que se encuentra a pie de viñedo; de esta manera se asegura que la calidad de la uva sea óptima. Una vez en el interior, los racimos pasan a una mesa, donde se seleccionan manualmente. Una vez despalillados, da comienzo un nuevo proceso de selección manual, esta vez de los granos. Un hecho que se repitió a diario hasta finalizar la vendimia, que se ha llevado a cabo de forma tranquila y a buen ritmo —salvo los días 24, 25 y 27, en los que llovió ligeramente—, con uvas en excelente estado sanitario.
Ahora, el trabajo en bodega se centra en perfilar el vino. Tras la fermentación alcohólica, cada una de las variedades de uva se está criando sobre sus propias lías para aportar una mayor complejidad y carácter a la nueva añada de Santiago Ruiz y Rosa Ruiz.