Con estas palabras Rosa Ruiz explica sus comienzos en el proyecto vitivinícola emprendido por su padre, uno de los impulsores de la creación de la Denominación de Origen Rías Baixas que revolucionó la zona con su forma de elaborar vino.
O Rosal se localiza en el extremo suroeste de la provincia de Pontevedra, junto a la ribera del río Miño, en su camino hasta su desembocadura en el Atlántico. Se trata de un valle suave y con una fuerte influencia del Miño, que recorre sus últimos kilómetros de forma tranquila y plácida. No sabemos la razón, pero en el viñedo se respira esa magia de la que habla Rosa Ruiz. Esas templadas brisas del Atlántico en verano, junto a las suaves pendientes que miran al atardecer crean una situación ideal para el cultivo de la viña, que alcanza fantásticos puntos de maduración al final de su ciclo vegetativo.
Aunque los aficionados a los vinos procedentes de la D.O. Rías Baixas creen que estos se elaboran solo con uva Albariño, lo cierto es que pueden ser plurivarietales. Concretamente, los vinos Rías Baixas de Rosal deben estar vinificados mayoritariamente con Albariño y Loureiro, y pueden incluir hasta un 30 % de variedades como la Treixadura, Caiño blanco, Torrontés o Godello, ya que son las únicas que admite el Consejo Regulador y se cultivan en la subzona de O Rosal, en el mismo lugar donde se encuentra la bodega donde se elaboran.
El Albariño es una de las uvas más antiguas que se cosechan en la península ibérica y, sin duda, la reina de nuestra denominación de origen. Junto a ella existen otras cuatro variedades que compensan, equilibran y dan complejidad a la paleta aromática y gustativa de nuestros vinos.
La Treixadura nos ofrece vinos aromáticos, finos y elegantes. En nariz es frutal y floral. El grado alcohólico y la acidez se equilibran, por lo que estos vinos resultan frescos y sabrosos. La Loureira —laurel en gallego— aporta aromas de hierbas aromáticas y notas de hierba fresca. Es una uva de elevada acidez con la que se elaboran vinos perfumados, sabrosos y ácidos. Añade complejidad y frescura a la mezcla. La Caiño Blanco se caracteriza por la gran complejidad de sus aromas: la paleta aromática abarca desde frutales a recuerdos minerales. De grados alcohólicos altos, en boca los vinos son estructurados, con cuerpo y muy buena acidez. Finalmente, la Godello produce vinos finos y delicados, con un gran cuerpo. Aporta aromas florales y cítricos, frescos y muy equilibrados.
Este repaso del lugar y las variedades que conforman el carácter de nuestro vino nos ayuda a entender su complejidad y nos enseña que la Denominación de Origen Rías Baixas —concretamente la subzona de O Rosal— es más que Albariño.
Santiago Ruiz, un vino de cinco variedades y mucho corazón.
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